PROSPERIDAD ECONÓMICA Y LA NUEVA CLASE MEDIA
Publicado el 1 febrero 2013
Los artículos publicados, entre ellos por The Washington Post, sobre la prosperidad económica del país y el crecimiento de la clase media; en primer lugar, nos deberían motivar y despertar el interés por la investigación sobre este importante tema.
Además, los resultados de estos estudios deberían traducirse en políticas de Estado con la finalidad de que las elites de esta nueva clase se conviertan en palancas de desarrollo. Lo que importa es comprobar la hipótesis si es que este sector, que está gozando de la modernidad del país, se ha integrado plenamente al cambio social a los estilos formales. A su vez, el Estado tendrá que modernizarse y establecer una estrategia coherente para el cambio. En este aspecto, no solo nuestros tecnócratas deberían comandar la reforma al servicio de una sociedad más activa y más prospera.
En este reparto del juego económico, es importante tomar en cuenta a los sectores marginales, o como hoy se llaman, a los excluidos, para lo cual como todos sabemos, deberían priorizarse la puesta en marcha de una educación continua, de calidad y al alcance, en lo posible, de los ingresos de los padres de familia. En este aspecto de la educación tenemos que establecer un aprendizaje, no solo pensando en el talento, sino también en la práctica de la moral de la libertad que no se opone a una moral de la inversión.
El Perú tiene grandes retos y cuidados con el radicalismo que busca ponerle una trampa a la modernidad, a la que se adhieren gran parte de esta nueva clase media. Obviamente no estoy excluyendo a la clase media tradicional, pero ese es un tema que lo tocaremos en otra oportunidad. Entonces, estamos incentivando sobre este tema las respuestas a las preguntas claves de esta experiencia de los últimos años.
En lo que se refiere a la gestión empresarial de los miembros de este nuevo estrato social habría que incentivarlos para que entiendan, respecto a sus inversiones, que es importante en el mundo laboral mejorar la competitividad con la rentabilidad pero también y no menos importante, es ayudar a mejorar las condiciones sociales y económicas de los trabajadores en los negocios en que ellos operan. Nuevas estrategias para el desarrollo de las pequeñas empresas en las que están inmersos los actores de esta nueva clase, la expansión cada vez mayor de este grupo, aun pequeño. Políticas de empleo para los trabajadores independientes que les permita una movilidad y ascenso social.
El sector financiero del país tiene en este grupo ya parte de su clientela, pero pensamos que aún queda una inmensa mayoría captable para los programas o paquetes financieros que ofrecen. En suma, como diría Crozier, no solo necesitamos modernidad en pequeños sectores de la población, sino también requerimos de un Estado “modesto”, moderno y una gestión gubernamental moderna.
Fuente : Diario Gestión
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