El ser humano es un animal político que necesita vivir y relacionarse con otras personas. Las personas que viven en soledad y se relacionan poco con sus semejantes se convierten en individuos huraños haciendo más difícil su integración con otros miembros de su comunidad.
Si deseamos que nuestra vida sea rica y que nos aporte mayores experiencias en el día a día debemos tratar de conocer nuevas personas y compartir nuestros conocimientos y vivencias. La vida en comunidad debe ser una parte, si no la más importante de nuestra existencia. Podemos conocer personas que se parezcan a nosotros en algunos aspectos y que sean más afines a nuestros pensamientos e ideas. Sin embargo, tampoco debemos cerrarnos a las personas que son diferentes a nosotros, debemos ser tolerantes y aceptar a las personas con sus virtudes y sus defectos.
El sentimiento de grupo es uno de los más fuertes y que permite a los individuos sentirse más seguros e importantes. Si una persona no es aceptada en un grupo se verá profundamente afectada psicológicamente. Es importante aceptar las diferencias e intentar integrarnos con las personas independientemente de su cultura. Nosotros ayudamos al grupo y el grupo nos ayuda a nosotros, todos formamos parte de una comunidad plural.
Es importante que los padres es su educación a los hijos transmitan la importancia de que éstos se relacionen con otros chicos y que sean tolerantes. Las generaciones futuras deben seguir nuestros pasos y a ser posible mejorar las relaciones humanas.
En la sociedad actual, el principal obstáculo que nos encontramos es el materialismo. Cada vez las personas son más independientes y, en muchos casos, se aislan con sus pertenencias llevando una vida en la que sus únicas relaciones humanas se dan en el trabajo. El trabajo es un lugar adecuado para las relaciones con otras personas pero en el tiempo de ocio es donde podemos ser más naturales y vivir en comunidad con nuestros amigos y familiares.
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