la arrogancia
Ésta puede tener dos formas: presunción o desprecio. La presunción ocurre cuando una persona aumenta su sentido de autovaloración y cree que es mejor que los otros. El desprecio significa que una persona rebaja a otra para que se sienta menos que ella.
Podemos visualizar la diferencia entre la presunción y el desprecio. Imagínate dos personas como dos globos inflados por igual. Ahora imagina que uno de ellos se infla casi al punto de estallar, Esto es la presunción. La persona presumida oculta su vergüenza en ella misma y de los demás llenándose de pretensiones y de orgullo falso. Necesita sentirse superior para ocultar su sentimiento básico de vergüenza, se engaña a sí misma pensando que es la mejor de todas las criaturas vivientes.
Ahora imagina que desinflas el otro globo. Esto es el des precio. Este tipo de individuo encontrará la manera para desinflar a otros, haciendo que se sientan débiles, incompetentes y avergonzados. Se defiende contra la vergüenza pasándosela a otros y sólo se siente mejor consigo mismo cuando reduce a nada a los demás.
Algunas personas dominadas por la vergüenza practican la presunción; otras, el desprecio. Muchas de ellas usan ambas formas de arrogancia para protegerse contra su propio sentimiento de vergüenza La persona arrogante se coloca sobre un pedestal donde nadie pueda ver su vergüenza, ni siquiera ella misma. El precio que paga es no poder relacionarse con otros. Obviamente la persona colocada sobre un pedestal no puede sentir el calor y la belleza de la intimidad con otros. La persona arrogante se ha apartado de aquellos que habrían podido amarla y evita sentirse peor que los demás cambiando sus sentimientos de inferioridad por los de superioridad; no ha sido capaz de tocar el centro de su dolor: su vergüenza
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