Tofu y grano seco de soja. | Foto: Shutterstock
- Los suplementos de proteínas lácteas o de soja actúan sobre los vasos
- Es la primera vez que se observa este efecto positivo de la leche
No será la primera vez que oye hablar de los beneficios de la soja, pero los últimos datos de un estudio publicado en la revista 'Circulation' son una prueba más de las propiedades que aporta esta legumbre, esta vez disminuyendo la tensión arterial. Pero si no le gusta este alimento y su tensión está un poco descontrolada, no sufra, parece que la leche puede tener el mismo efecto positivo.
Tener una tensión arterial superior a 135/85 mm de Hg está relacionado con un mayor riesgo cardiovascular y con más probabilidad de muerte prematura. Cualquier medida que esté orientada a tener estas cifras controladas merece la pena llevarla a cabo. Hay muchos hábitos que potencian la salud cardiaca como la práctica regular de ejercicio o llevar una dieta equilibrada. Sin embargo, son muchas las personas que cada año ven cómo su médico les 'etiqueta' de hipertensos, de ahí que existan muchas investigaciones que evalúen diferentes dietas, hábitos o tratamientos para prevenir o tratar la tensión alta.
La última ha sido llevada a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans (EEUU) en la que han evaluado el efecto de las proteínas de la soja o de la leche sobre 352 adultos, mayores de 22 años, con unas cifras de tensión arterial elevadas (algunos hipertensos y otros prehipertensos): la sistólica oscilaba entre los 120 y 159 mmHg y la diastólica estaba entre los 80 y 95 mmHg.
Los investigadores asignaron a los participantes a tres grupos de forma aleatoria. Durante ocho semanas, un grupo tomó un suplemento de 40 gramos de proteínas de soja al día, el segundo, 40 g de proteína láctea y el tercero recibió un suplemento diario de carbohidratos. Los tres suplementos tenían el mismo envase y aspecto, de tal forma que ni los participantes ni los investigadores sabían el que estaban recibiendo. Asimismo, a todos se les tomó la tensión arterial en repetidas ocasiones cada vez que acudían a la consulta.
Comparados con los carbohidratos, los suplementos de soja y de leche redujeron más la tensión arterial sistólica (la cifra más alta). En concreto, los participantes que tomaron las proteínas de soja tuvieron un descenso de 2,3 mmHg y los que ingirieron las proteínas lácteas, de 2 mmHg.
"Algunos estudios observacionales habían sugerido que comer carbohidratos o seguir una dieta rica en carbohidratos podría ayudar a reducir la tensión arterial. Sin embargo, nuestro ensayo clínico, que los compara directamente con las proteínas de la soja y de la leche, muestra que estas últimas disminuyen más la tensión que los primeros", señala Jiang He, principal autor del estudio y epidemiólogo en la Universidad de Tulane.
Aunque la reducción de la tensión arterial no fue muy grande, los investigadores señalan que, en la población general, una disminución de 2mmHg en la sistólica "podría conducir a una reducción del 6% en la mortalidad por ictus, del 4% en la mortalidad por enfermedad cardiovascular y del 3% en la mortalidad por cualquier causa".
Tal y como señalan los autores, éste es otro estudio más que apoya la idea de que la ingesta de proteínas vegetales puede ser una importante estrategia nutricional para prevenir la hipertensión. Sin embargo, hasta ahora no había evidencias en cuanto a las proteínas lácteas. "Este es el primer ensayo clínico que documenta que las proteínas de la leche disminuyen la tensión arterial en personas prehipertensas o hipertensas", explica el artículo.
No obstante, debido a que el ensayo clínico se realizó con suplementos, y no con alimentos, se requieren de otros estudios que examinen el efecto de varias dietas proteicas sobre la tensión arterial para "poder recomendar un aumento de la ingesta diaria de proteínas dentro de la dieta como parte de una estrategia de intervención en la prevención y tratamiento de la hipertensión".
Tener una tensión arterial superior a 135/85 mm de Hg está relacionado con un mayor riesgo cardiovascular y con más probabilidad de muerte prematura. Cualquier medida que esté orientada a tener estas cifras controladas merece la pena llevarla a cabo. Hay muchos hábitos que potencian la salud cardiaca como la práctica regular de ejercicio o llevar una dieta equilibrada. Sin embargo, son muchas las personas que cada año ven cómo su médico les 'etiqueta' de hipertensos, de ahí que existan muchas investigaciones que evalúen diferentes dietas, hábitos o tratamientos para prevenir o tratar la tensión alta.
La última ha sido llevada a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans (EEUU) en la que han evaluado el efecto de las proteínas de la soja o de la leche sobre 352 adultos, mayores de 22 años, con unas cifras de tensión arterial elevadas (algunos hipertensos y otros prehipertensos): la sistólica oscilaba entre los 120 y 159 mmHg y la diastólica estaba entre los 80 y 95 mmHg.
Los investigadores asignaron a los participantes a tres grupos de forma aleatoria. Durante ocho semanas, un grupo tomó un suplemento de 40 gramos de proteínas de soja al día, el segundo, 40 g de proteína láctea y el tercero recibió un suplemento diario de carbohidratos. Los tres suplementos tenían el mismo envase y aspecto, de tal forma que ni los participantes ni los investigadores sabían el que estaban recibiendo. Asimismo, a todos se les tomó la tensión arterial en repetidas ocasiones cada vez que acudían a la consulta.
Comparados con los carbohidratos, los suplementos de soja y de leche redujeron más la tensión arterial sistólica (la cifra más alta). En concreto, los participantes que tomaron las proteínas de soja tuvieron un descenso de 2,3 mmHg y los que ingirieron las proteínas lácteas, de 2 mmHg.
"Algunos estudios observacionales habían sugerido que comer carbohidratos o seguir una dieta rica en carbohidratos podría ayudar a reducir la tensión arterial. Sin embargo, nuestro ensayo clínico, que los compara directamente con las proteínas de la soja y de la leche, muestra que estas últimas disminuyen más la tensión que los primeros", señala Jiang He, principal autor del estudio y epidemiólogo en la Universidad de Tulane.
Aunque la reducción de la tensión arterial no fue muy grande, los investigadores señalan que, en la población general, una disminución de 2mmHg en la sistólica "podría conducir a una reducción del 6% en la mortalidad por ictus, del 4% en la mortalidad por enfermedad cardiovascular y del 3% en la mortalidad por cualquier causa".
Tal y como señalan los autores, éste es otro estudio más que apoya la idea de que la ingesta de proteínas vegetales puede ser una importante estrategia nutricional para prevenir la hipertensión. Sin embargo, hasta ahora no había evidencias en cuanto a las proteínas lácteas. "Este es el primer ensayo clínico que documenta que las proteínas de la leche disminuyen la tensión arterial en personas prehipertensas o hipertensas", explica el artículo.
No obstante, debido a que el ensayo clínico se realizó con suplementos, y no con alimentos, se requieren de otros estudios que examinen el efecto de varias dietas proteicas sobre la tensión arterial para "poder recomendar un aumento de la ingesta diaria de proteínas dentro de la dieta como parte de una estrategia de intervención en la prevención y tratamiento de la hipertensión".
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