domingo, 28 de agosto de 2011

Balance del primer mes del nuevo gobierno: entre decisiones esperadas y nombramientos polémicos

Balance del primer mes del nuevo gobierno: entre decisiones esperadas y nombramientos polémicos

Ollanta Humala empieza a disipar algunas dudas pero otras se mantienen. La ley de consulta previa y la lucha contra la inseguridad entre lo destacado
Domingo 28 de agosto de 2011 - 09:04 am 4 comentarios
Ollanta Humala
HÉCTOR VILLALOBOS PÁVLICA.
Ollanta Humala inició su gobierno con un juramento provocador y un mensaje a la nación del 28 de julio en el que el respeto a las inversiones, los nuevos programas sociales y el crecimiento con inclusión social pasaron a un segundo plano, desplazados en el debate público por una simbólica, pero a la vez polémica, evocación a la Constitución de 1979.
Vea AQUÍ una infografía sobre los primeros días de la gestión Humala.
La primera ola de nombramientos generó tranquilidad. La segunda, preocupación. Al frente de los ministerios clave como Economía o Comercio Exterior, Humala tuvo el tino de colocar a destacadas personalidades como Luis Miguel Castilla o José Luis Silva. Pero el problema no estaba en el primer nivel del Gobierno sino en los mandos medios que fueron designados días después.
Durante la campaña, su gran promesa fue la inclusión. Y cumplió. Incluyó a amigos y familiares en puestos en el gobierno. A ex congresistas desempleados. A militares retirados en labores que competen a la policía. A defensores de la legalización de las drogas. En algunos casos, la meritocracia se inmoló en beneficio de la amistad y de la afinidad política.
Uno de los nombramientos más cuestionados en este primer mes de gestión de gobierno ha sido el de Ricardo Soberón, ex asesor de los cocaleros y enemigo de la erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca, al frente de Devida. También generó suspicacias la designación de Tania Quispe al frente de la Sunat, pero, más que por sus pergaminos profesionales, por su parentesco con la esposa del presidente, Nadine Heredia. Además, no fue bien recibido el nombramiento de ex militares en puestos claves del Ministerio del Interior.
Hasta el momento, pareciera que el Gobierno ha dejado de lado la Gran Transformación, aquel plan de gobierno original, y se mantiene apegado a los lineamientos de la hoja de ruta, texto elaborado en segunda vuelta. Al menos eso es lo que se desprende de la presentación del primer ministro Salomón Lerner en Congreso, en donde desarrolló un discurso moderado y sin confrontaciones, centrado en cuatro ejes: inclusión social, igualdad de derechos, concertación económica y social, y reencuentro histórico con el Perú rural, aunque se advirtió la repotenciación del Estado.
¿LA MESA ESTÁ SERVIDA?
A los pocos días de asumir el gobierno, la administración Humala tuvo que enfrentar su primer dolor de cabeza. Antauro Humala, hermano del mandatario y preso en el penal de Piedras Gordas por la asonada del ‘andahuaylazo’ del 2005, puso en la agenda de los medios el tema de su posible liberación.
Lejos de dejar el asunto en manos del Poder Judicial, como corresponde, algunos representantes del Ejecutivo tuvieron desafortunadas declaraciones en las que señalaron que Antauro nunca empuñó las armas. El vicepresidente Omar Chehade y el ministro de Defensa, Daniel Mora, sembraron dudas sobre la posición del Gobierno respecto a Antauro.
Finalmente, el INPE dio por concluido el debate (por ahora) aislando a Antauro y prohibiéndole declarar a los medios.
EL ESTILO CASTAÑEDA
Luego del 28 de julio, Humala optó por un perfil bajo y silencioso que algunos interpretaron como un estilo de gobierno y otros como falta de transparencia y secretismo. Dieciséis días estuvo callado Humala hasta que, finalmente, se animó a dar una rueda de prensa durante una visita de trabajo en Pisco.
“¿Por qué ha estado en silencio en los últimos días a pesar de que hay algunos temas polémicos, como el de su hermano Antauro?”, le preguntaron los periodistas. “Porque estoy trabajando”, respondió. A continuación, remató con una frase que parecía un eslogan prestado del “hechos, no palabras” de Manuel A. Odría, otro militar que llegó a la presidencia a través de las urnas en 1950, previo golpe en 1948. “Menos palabras y más acción” es el sello de Humala en el 2011.
LA COCA EN EL DEBATE
En su mensaje a la nación, Ollanta Humala se comprometió a reducir los cultivos ilegales de coca en el país y a aplicar una política inflexible en el combate al narcotráfico. Sin embargo, poco después, un anuncio desconcertante volvió a generar dudas. El Ejecutivo dispuso la suspensión de la erradicación de los cultivos ilegales de hoja de coca en el Huallaga. Más desconcertantes aun fueron las declaraciones de Ricardo Soberón, quien, en algunos medios, decía que la suspensión era por un año y, en otros, que era indefinida. El primer ministro, Salomón Lerner, tuvo que zanjar el asunto anunciando que la paralización solo duraría una semana con el objetivo de afinar los instrumentos de la lucha antidrogas. A mediados de esta semana, se informó acerca del reinicio de las operaciones de erradicación.
SEGURIDAD Y CONSULTA PREVIA
Dos son los hechos positivos que habría que destacar de los primeros 30 días de este gobierno. El primero, el interés del mandatario por encabezar personalmente la lucha contra la delincuencia. El 18 de agosto, el jefe del Estado asumió la presidencia del Comité Nacional de Seguridad Ciudadana y anunció algunas medidas como el restablecimiento del orden en los penales, la eliminación del sistema 1×1 de los policías, la creación de un fondo contra la inseguridad ciudadana y el servicio policial voluntario.
Otro hecho destacado fue la aprobación en el Congreso de la ley de consulta previa, que reivindica los derechos de los pueblos indígenas. Falta aún precisar algunos aspectos sustantivos de la norma, los cuales deberán ser fijados en su reglamento. Con todo, se espera que este texto sirva para fortalecer la cultura del diálogo.
LAS CIFRAS
210
Proyectos de inversión se ejecutarán en los próximos cinco años, para lo cual se destinarán US$73.000 millones. No se ha explicado de dónde saldrá el dinero.
S/.3.000
Millones anuales será el monto del nuevo gravamen que se estima pagarán al Estado las mineras, según el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los empresarios.

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