¿De dónde salió la tradición de regalarle una manzana al profesor?
Entérate por qué en las series de televisión y en las películas los niños acostumbraban obsequiarle esta fruta a sus maestros de colegio
Viernes 30 de septiembre de 2011 - 12:10 pm 9 comentarios
(Foto: Consuelo Vargas / Archivo El Comercio)
Esta vez no escribimos sobre la gastronomía como tal, sino de una de las frutas más populares: la manzana. Cómo no recordar a Kiko o Ñoño, personajes de la popular teleserie ‘Chavo del 8’, entregando una al profesor Jirafales como forma de gratitud.
Pues bien, la manzana, fruta que simboliza la fortaleza durante el aprendizaje, ha sido asociada con la educación desde hace siglos.
Un ejemplo es que el árbol del conocimiento de Adán y Eva era una planta de manzano. Obviamente, esto no pasó desapercibido para los primeros cristianos, quienes comenzaron a considerarlo el fruto del saber, informa Live Gourmet
TRADICIÓN
En los años 1700, las pobres familias de agricultores de Dinamarca y Suecia no tenían dinero para solventar la educación de sus hijos y, por eso, entregaban cestas llenas de manzanas a los maestros como forma de pago.
Sin embargo, debido a que dicha fruta se malograba con rapidez, se optó por entregar sólo una. La práctica se extendió a los Estados Unidos y se afianzó en la década de 1920 con la crisis económica, pues para ayudar a los maestros se les entregaba manzanas.
Ante tal, se hizo conocido una frase: “Entregar una manzana al profesor siempre será un buen truco cuando no se sabe la lección de aritmética”. Con el tiempo hubo un descenso de la tradición pero, de todos modos, la manzana sigue siendo emblemática para los maestros.
Pues bien, la manzana, fruta que simboliza la fortaleza durante el aprendizaje, ha sido asociada con la educación desde hace siglos.
Un ejemplo es que el árbol del conocimiento de Adán y Eva era una planta de manzano. Obviamente, esto no pasó desapercibido para los primeros cristianos, quienes comenzaron a considerarlo el fruto del saber, informa Live Gourmet
TRADICIÓN
En los años 1700, las pobres familias de agricultores de Dinamarca y Suecia no tenían dinero para solventar la educación de sus hijos y, por eso, entregaban cestas llenas de manzanas a los maestros como forma de pago.
Sin embargo, debido a que dicha fruta se malograba con rapidez, se optó por entregar sólo una. La práctica se extendió a los Estados Unidos y se afianzó en la década de 1920 con la crisis económica, pues para ayudar a los maestros se les entregaba manzanas.
Ante tal, se hizo conocido una frase: “Entregar una manzana al profesor siempre será un buen truco cuando no se sabe la lección de aritmética”. Con el tiempo hubo un descenso de la tradición pero, de todos modos, la manzana sigue siendo emblemática para los maestros.
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