Todos queremos motivar (a hijos, esposos, empleados, clientes, etc.) y ser motivados.Veamos, una cosa es conseguir que alguien haga algo y otra muy distinta conseguir que alguien quiera hacer algo. Nadie está motivado todo el tiempo, así como nadie es feliz todo el tiempo.
Pasadas las vacaciones, volvemos a nuestro hábitat natural, la oficina y claro, cuesta volver a agarrar el ritmo, y no solo a nosotros sino a nuestros equipos. Pero bueno, antes de hablar de motivación, me gustaría definirla. Según José Marina, destacado psicólogo a nivel mundial, “Son los deseos que nos lanzan a la acción, los antecedentes de nuestros actos, la energía que nos mueve.”
Todos conocemos nuestros deseos, lo que no sabemos son las causas que los determinan. ¿Por qué quiero esto o aquello? Y esas causas tienen mucho que ver con las ganas de salir adelante. “Con ganas, ganas”, pero no somos dueños de nuestras ganas, por lo tanto, aquello que defina nuestras ganas, definirá nuestro nivel de motivación. Habría que identificar que es lo que nos mueve, ¿Cuáles son nuestros tesoros en la vida? Y es que esos tesoros son las necesidades que nos creamos. Si los hacemos más atractivos, si somos capaces de alcanzarlos y sabemos cómo, probablemente, estaremos aumentando nuestras ganas.
Pero no todo son las ganas. La otra parte es nuestra lectura de la realidad. Hoy en día, y con la desaceleración en su máxima expresión, muchos son pesimistas sobre el futuro, y por ende les termina saliendo todo mal. Su única virtud es que son pitonisos, tienen la habilidad de adivinar su futuro, y como siempre lo ven negro, pues ya se imaginan el final.
El pesimismo es una forma de cobardía porque es mucho más cómodo refugiarse en el lamento , en la queja, y en no hacer nada para enfrentarse a los acontecimientos, por adversos que sean. Hay que huir del pesimista como de la peste, es una enfermedad altamente contagiosa porque el pesimista es un esterilizador de ilusiones. Y peor si es de los que te dice “Yo no soy pesimista, soy realista”. Cuando escuchen eso, corran: el pata es peligrosísimo.
El optimista no es un pesimista mal informado, no es alguien que niega y manipula la realidad, ni que vive de espaldas a la misma, divorciado de hechos objetivos; ése más bien es un irresponsable. Es más bien, una persona que entiende la realidad, que sabiendo los riesgos, los calcula, mide y toma las acciones correctas.“ ¿Por qué es usted tan optimista? Porque no le veo ninguna ventaja a no serlo”, dijo Winston Churchill.
¿Cuánto vale una mentalidad positiva que permanece optimista cuando los demás se rinden? Su peso en oro. Qué importante es rodearse de gente que se crece ante la adversidad, encuentra luces en un cielo oscuro, ve oportunidades donde otros se nublan y paralizan y toma decisiones valientes y oportunas. Los partidos más difíciles de la vida nos obligan a trabajar todos los músculos del cuerpo hasta que nos duela el alma.
¿Y qué hacemos?
Betsabé Tierno, uno de los mejores psiquiatras actuales, nos dice: “Si aprendemos a pensar bien, aprenderemos a vivir bien. Los problemas que nos hemos creado hasta hoy son el resultado de un pensamiento erróneo y cualquier problema real o imaginario está en nosotros mismos.
Aquello en lo que pienses con mayor frecuencia determina lo que eres, la vida que llevas, tus niveles de felicidad o desdicha y en lo que te has convertido. La mente es la dueña y puede hacer un cielo del infierno o un infierno del cielo. El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son. Nunca cargues con más de un problema al mismo tiempo. Hay personas que cargan con tres: los que tuvieron, los que tienen ahora y los que esperan tener”.
¿A quién no le gusta estrenar algo nuevo para el 2015? Estrenemos pues, una nueva forma de pensar. El que puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino.
Al pasado, sólo para aprender de él; el futuro dependerá de lo que hagamos hoy. Así que a vivir el presente, a seguir pa’ delante, dando todo lo que llevamos dentro, all in. En esta vida eso es lo que hay y pájaro que no vuela, pronto viene el gato y se lo come.
Ah, y a lo mejor no necesitan que alguien los motive, primero intenten solos. Si no, ya piden ayuda
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