¿Cuando demostramos amor a nuestros hijos?

Aunque parezca difícil, complicado o muchas veces puede parecer fácil el demostrar el amor que sentimos a nuestros hijos. Por lo general pensamos que las niñas necesitan más amor que los niños porque pensamos que ellas son más receptivas o sensibles y las cargamos, las besamos, abrazamos y regañamos poco. Y en cambio actuamos diferente con los niños pensamos que se debe ser rudo con ellos y muchas veces no les permitimos llorar y que no necesitan tantos apapachos.

Demuéstrales que los quieres



Todos los niños y las niñas necesitan que se les escuche sus opiniones, sentir apoyo y confianza, que se les tome en los brazos y se les abrace, bese y apapache, que todas las personas que les rodean en especial, sus padres, abuelos o tutores se les oriente que los, respeten, los escuchen y los amen.

La verdad es que es muy importante que en el crecimiento de las niñas y los niños sientan el afecto en todo momento y muchas veces por nuestras preocupaciones, temores, presiones laborales o familiares les limitamos las expresiones de amor y confianza que les ayudarán es su crecimiento y desarrollo. A veces nos cuesta demostrar expresiones de afecto, como  decir "te amo", "te quiero", decirles o hacerles sentir  lo mas importante  que son en nuestras vidas, etc. Y perdemos oportunidades muy valiosas que jamás se pueden recuperar porque solo las guardamos y creemos que nuestros hijos ya lo saben y no es necesario  expresarlas.

Es muy importante que sepamos demostrar, comprender y compartir tanto nuestros afectos y sentimientos como los suyos; que ellos sepan que también nosotros necesitamos de ese amor y haya una reciprocidad de ambas partes, y se darán cuenta cuando estamos tristes, contentos preocupados  etc. y esto nos ayudará a evitar muchos dolores de cabeza cuando crezcan. Hay que demostrar y expresar nuestras actitudes ya sean de tristeza, alegría, lo que nos molesta porque esta será la base para que ellos sepan actuar es situaciones similares. Ejemplo seria cuando no encontramos algo que buscamos o no esta en su lugar la manera en que lo expresemos cuenta mucho para que nuestros hijos sepan que sucede y si lo decimos en forma calmada "sabes donde están las cosas que deje aquí".

Y si nuestros hijos cometen algún error permitir que ellos se den cuenta y reconozcan en que se equivocaron, platicar con ellos mas que corregir con mano dura o simplemente ignorar o pasar por alto lo sucedido eso ayudará a que tengan confianza para decir como se sienten y a disculparse. Si cometemos errores no dudemos en disculparnos con nuestros hijos y esto no quiere decir que perdemos autoridad o respeto esto nos ayudará a que sepan y sientan que todos nos llegamos a equivocar y que también reconocemos nuestros errores. Esto les ayudará que cuando ellos se equivoquen puedan reconocerlos y apliquen estos sentimientos de perdón y enmendar sus errores.

Alegrarnos por sus logros y decirles lo felices que estamos, una caricia, un abrazo, y un beso es importantes y de igual manera cuando experimentan un fracaso y se sienten tristes, una palmadita, consolar, unas palabras para alentarlos y seguir adelante. Demuestra interés por lo que ellos quieran platicar, de sus gustos, de lo que no les gusta, de sus tristezas y alegrías, comparte experiencias con ellos, convive con tus hijos, juega  con ellos, realicen proyectos juntos y evalúenlos.

Las actitudes son formas de comportamiento que enseñamos a nuestros hijos para que ellos las copien sin ser autoritarios o complacientes ante las situaciones que se presenten en la vida y se reflejará en como lo aplicaran  mas adelante. Cuando son pequeños se nos hace muy fácil, besarlos, apapacharlos, abrasarlos y hacemos infinidad de expresiones para demostrarles nuestro amor pero conforme van creciendo vamos retirando esas expresiones y las vamos dejando para las ocasiones según nosotros especiales hasta que llegan a la adolescencia y ya ellos no quieren que nos acerquemos por sus mismos cambios físicos y emocionales y cuando pasan esa etapa y pasan a la juventud y después a la madures se ha olvidado por completo demostrar que es querido y apreciado tanto de padres a hijos y viceversa.