lunes, 15 de octubre de 2012

FIGURAS AUTORITARIAS AGRESIVAS


FIGURAS AUTORITARIAS AGRESIVAS
Nadie tiene derecho a ser agresivo con otra persona (salvo cuando se enfrenta a una agresión física, en cuyo caso puede resultar necesario). La conducta agresiva, especialmente cuando se trata de alguien que ya se encuentra en una posición de autoridad, suele ser una forma de dominar a los demás, no de guiarles. El agresor quiere que todos hagan su voluntad, aunque obtendría mejores resultados si pidiera las cosas.
Si tiene que enfrentarse a una figura de autoridad, lo cual siempre es difícil, tenga presente que todos somos humanos y que todos nos equivocamos. Intente no precipitarse a sacar conclusiones negativas si esa conducta solo se produce esporádicamente.Solo cuando se convierte en una norma, supone un problema, y es necesario darle un tratamiento utilizando algunas de las técnicas asertivas citadas.
 
¿SE VE OBLIGADO A SEGUIR «ESTANDO EN SU LUGAR»?
Puede que usted haya sido una niña sobreprotegida, que la traten como a una «frágil esposa» o que al guíen obstaculice su progreso en el trabajo. Estos dos últimos casos se suelen dar cuando alguien quiere ser más importante que usted; para conseguirlo ha de ponerle en un segundo plano, creyendo que de este modo ensalza su propia posición. Sea cual fuera la razón, el resultado es que su desarrollo personal se ve limitado y que crece el resentimiento hacia la persona responsable de ello.
En tal caso, lo único que puede hacer es ser asertivo. Es necesario sacar a relucir el asunto y hablar del problema con la figura de autoridad que la está reprimiendo. Como es natural, tendrá que elegir el momento adecuado. No tiene sentido abordar el asunto cuando la otra persona está de mal humor, porque no conseguiría nada. También es una buena idea ensayar con antelación lo que va a decir, especialmente si no está acostumbrado a expresar lo que siente. Su guión ha de cubrir los siguientes puntos:
 
. La situación actual.
. Cómo se siente.
. Lo que le gustaría que cambiara.
. Cuál ha de ser el resultado.
 
El siguiente podría ser un ejemplo de este plan de cuatro puntos:
«Cada vez que intento arreglar un enchufe de algún electrodoméstico me sacas el destornillador de las manos y haces tú el trabajo.» [Situación actual.]
«Esto hace que me sienta mal y me da la impresión de que me consideras incompetente, lo cual me duele bastante.» [Cómo se siente]
«Te ruego que me dejes hacer sola el trabajo.» [El cambio que le gustaría.]
«De ese modo te ahorrarás la molestia y tendrás más tiempo para hacer otras cosas.» [El resultado

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