domingo, 26 de junio de 2011

Al turista hay que tratarlo como un rey”

Miguel Hundskopf empezó con un pequeño local y hoy tiene 6 hospedajes, de los cuales tres están Lima y el resto en Cusco, Arequipa e Iquitos.

Miguel estima que hace cuatro años, Perú despegó como destino turístico. (R. Cáceres)
Por Richard Abecasis
Antes de lo esperado, Miguel Hundskopf cumplió el sueño universitario de abrir cada año un nuevo hostels (local especializado en hospedaje para viajeros ligeros). En el 2006, tras regresar de Alemania, se puso al frente del negocio familiar que, con su padre, bautizaron como Flying Dog Hostels Perú.
La idea del nombre la tomaron de un famoso local para mochileros en Holanda llamado Flying Pig al que sumaron el equivalente de su apellido Hundskopf: ‘Cabeza de perro’. Hoy, ya cuentan con seis locales, de los cuales tres están Lima, uno en Cusco, otro en Arequipa y otro en Iquitos.
EL ORIGEN. Todo empezó hace diez años, comenta Miguel. “Mi padre se dio cuenta que había mucho mochilero deambulando en Miraflores en busca de hospedaje. Entonces, nos animamos a abrir, empíricamente, en el 2001, con dos habitaciones con camarotes”, recuerda.
Actualmente, recibe entre 7 mil y 8 mil viajeros al año en los tres locales que tienen en Miraflores e igual suerte buscan extender a los hospedajes que abrieron en el centro de Arequipa, en Cusco e Iquitos.
Para Miguel, gran parte de la buena fortuna que experimenta su negocio se debe a que el local fue incluido en la famosa guía del viajero mundial Lonely Planet, durante 2001 y 2002. “Nos agregaron por recomendación de un viajero y la propia revista nos visitó anónimamente para dar el visto bueno. De allí todo cambió”, detalla.
ROMPIENDO PREJUICIOS. El dueño de Flying Dog Hostels reconoce que a pesar del boom del negocio hay bastante prejuicio sobre el viajero mochilero. Se les asocia a la vagancia, cuando lo cierto es que se trata de un estilo para viajar que utilizan gente culta de todas partes del mundo.
Como anécdota, revela que conoció a su novia canadiense cuando se hospedó en uno de sus locales. Hoy comparten una relación de larga distancia.
MERCADO EN AUGE. Miguel está listo para una segunda etapa de inversiones, aunque aún mantenga una deuda de US$200 mil que espera pagar en cuatro o cinco años. “Se han abierto 80 hostels en Miraflores en los últimos años. El mercado es rentable pese a los costos que se cobran por cliente”, asegura.
Por ello, están evaluando, en los próximos dos años, abrir nuevos locales en Piura, Puno, Bolivia y Colombia. “Al turista hay que tratarlo como si fuera un rey porque desde cualquier destino es más caro venir al Perú que irse a Europa o Asia”, refiere.

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