martes, 19 de julio de 2011

Y vivieron (casi) felices

Y vivieron  (casi)  felicesLa mayoría de personas se conforma con un matrimonio mediocre. ¿Su matrimonio no es tan malo como para divorciarse ni tan bueno como para sentirse feliz? No está solo. La mayoría de las personas se conforma con una unión de “bajo conflicto”. Vea por qué.
Aunque todos soñamos con un matrimonio perfecto, la mayoría de personas termina resignándose a una relación mediana: ni tan buena como para sentirse satisfecho, ni tan mala como para divorciarse.
Es decir, matrimonios semifelices, con pocos conflictos, de esos que, cuando se divorcian, los conocidos comentan: “¿Qué pasó? Parecían tan felices”.
Para describir a estas parejas es que la historiadora estadounidense  Pamela Haag, escribió el libro Matrimonio confidencial: el amor en la era post romántica, un texto que está dando mucho de qué hablar en Estados Unidos, desde su publicación hace apenas unas semanas.
La investigación de Haag incluyó una encuesta a dos mil parejas y su propio caso, e incluso con su marido se crearon identidades falsas para entrar a sitios web de infieles, y así conocer la forma en que funciona la “nueva monogamia”, en el siglo XXI.
“‘Post romántica’ se refiere a todas las formas en que el matrimonio ha cambiado desde los románticos buenos días de los últimos 50 años.  “Nuestras expectativas han cambiado”, declaró Haag a The Huffington Post, agregando que hoy hay parejas que buscan la estabilidad por sobre su felicidad, así que ser “semifelices” es suficiente para su relación. “Estos matrimonios con pocos conflictos pero semifelices, a diferencia de los de altos conflictos, representan la mayoría de los divorcios cada año”, agregó.
Con todo, Haag admitió tener optimismo acerca del matrimonio como institución. “No creo que se esté volviendo obsoleto, ni creo que vaya a sobrevivir su forma tradicional. Lo que creo es que se está en una fase de intercambio de ideas, probando cosas, para ver qué es lo que funcionará en el siglo XXI”, concluyó.
Las teorías de Haag han originado una andanada de consejos desde todos los ángulos, prueba de la alta identificación de la gente con el... ¿problema?
¿Hay alternativa para un matrimonio de bajo conflicto? Siempre y cuando los integrantes lo consideren necesario (hay quien se conforma con poco), es necesario mirar la relación desde una nueva óptica. Tal vez el problema no es usted ni su cónyuge, sino el modo en que llevan su relación.
He aquí algunas maneras, sencillas pero de gran impacto para labrar un tercer camino entre un matrimonio semifeliz y el divorcio:
Dormir separados: La creación de espacios de privacidad puede ayudar a que las tensiones de la relación aflojen y vuelva el deseo de compartir vivencias.
Prueben un ‘sabático de matrimonio’: Es diferente de una separación. Con un sabático, un matrimonio presiona el botón de ‘pausa’ sobre sí mismo. Se crea un intermedio, en el que los cónyuges pasan tiempo separados. Es una manera de conciliar la estabilidad del matrimonio semifeliz con la necesidad de algún tiempo de crecimiento personal.
Actualicen y reescriban sus votos:  Podrían tratar de escribir un nuevo acuerdo para crear votos, promesas y normas que sean realmente pertinentes a su frágil situación matrimonial.
Convivencia en divorcio: Algunas parejas divorciadas, siguen manteniendo un hogar para dar estabilidad a sus hijos, pero gozarán de los privilegios de cualquier otro divorciado.  
Monogamia... a medias: Piensa en una idea tal vez más audaz, pero que funciona para muchos: ¿Evaluarían la posibilidad de otras parejas, en la apertura de la ‘no monogamia ética’ como alternativa al divorcio?
Estas alternativas no son para todos, sin duda. Pero vale la pena tratar de ser imaginativo si deseas una alternativa al divorcio, y estos son todos los arreglos que encontrarás entre las parejas de hoy, sin importar lo tradicionales que puedan parecer desde afuera

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